La cuperosis es un problema dermatológico que se caracteriza por la aparición en el rostro de pequeñas rojeces, irritaciones y capilares dilatados, en forma de filamentos, esto es debido a un aumento del flujo sanguíneo. Es habitual que aparezcan en los pómulos y las aletas de la nariz, en tonalidades rojizas o púrpuras.
Es una afección muy frecuente en personas de piel clara, fina y sensible, al ser un tipo de piel que por sí suele ser más reactiva y se enrojece fácilmente. Asimismo, afecta más a mujeres que a hombres y también existe una predisposición genética.
El síntoma principal de la cuperosis es la aparición de pequeños capilares dilatados que, en el rostro, forman una especie de tela de araña con tonalidades rojizas, lo que se conoce como telangiectasia.
CAUSAS:
- Cambios bruscos de temperatura.
- Golpes o pequeños traumatismo en la piel.
- Tomar demasiado alcohol, ya que produce problemas circulatorios.
- Fumar, ya que afecta a la microcirculación.
- Exposición excesiva al sol.
- Aplicación de productos irritantes sobre la piel.
- Estrés, nervios o emociones intensas.
- Hipertensión o diabetes.
- Comidas o bebidas calientes, muy especiadas o picantes.
- Cambios hormonales: embarazo, menstruación, menopausia...
Para prevenir la cuperosis se debe evitar aquellos factores que puedan desencadenarla, mencionados anteriormente. En personas con cuperosis es fundamental evitar exponerse al sol sin protección. También debe evitarse el tabaco y el alcohol, y llevar una alimentación rica en antioxidantes y vitaminas.
TRATAMIENTO
- Limpieza facial: Debe ser diaria, mañana y noche. No obstante, al estar la piel muy sensible y enrojecida, no es conveniente utilizar detergentes (jabones), así que estos deberán ser suaves, preferiblemente sin aclarado y sin componentes irritantes. Las aguas micelares, por ejemplo, son una buena opción: retiran el maquillaje y limpian el rostro. Además, es importante evitar productos exfoliantes, sobre todo si son químicos y mecánicos, ya que la piel puede irritarse e incluso sufrir lesiones. Pueden ser útiles la leches y tónicos, siempre que no lleven alcohol.
- Hidratación de la piel y tratamiento: Una vez limpia la piel hay que hidratarla, ya que las pieles con cuperosis son más finas y tienen mayor tendencia a la sequedad. Además de reponer agua y lípidos hay que tratar la piel con cremas que estimulen la circulación, que eviten la dilatación de capilares, que alivien la sensación de calor y que calmen la irritación. Asimismo, algunos suplementos nutricionales como B3, antioxidantes y ruscus pueden ayudar.
- Maquillaje: Rostros con cuperosis requieren BB Creams específicas para este tipo de piel. No solo corrige y disimula las rojeces sino que ayudará al paciente a verse mejor. Además estos productos hacen de barrera ante el frío, el sol, la contaminación...
- Protección Solar: Es un paso imprescindible a incluir en la rutina diaria. Las radiaciones solares pueden producir cuperosis pero también resecar la piel y acelerar el envejecimiento.
- Láser: Para el tratamiento de estos vasos en la cara se han utilizado diferentes láseres con resultados dispares. Los más populares o conocidos son el KTP (Aura, Laserscope), los Dye láser (láseres de colorante pulsados Scleroplus, Candela y Cyanosure) y sistemas no láser de luz no coherente (Photoderm, VL/PL, Sharplan). En la historia de la terapéutica de las telangiectasias faciales se han utilizado desde hace muchos años diferentes tipos de tratamientos como la electrocirugía y la escleroterapia, pero debido, en primer lugar, a la posibilidad y frecuencia con que estos métodos producen efectos indeseables y, en segundo lugar, al desarrollo de nuevas tecnologías como los diferentes tipos de láseres y luz pulsada intensa para la eliminación de este problema, hoy día se considera que los métodos anteriormente citados han quedado obsoletos y no deberían utilizarse.
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